El Ayuntamiento de Madrid está siguiendo los pasos oportunos para catalogar el grado de protección de la antigua fábrica de Clesa, proyectado por el arquitecto Alejandro de la Sota al norte de la capital. En estado de abandono desde 2012, estuvo cerca de ser terreno para levantar viviendas y comercios. Ahora acabará como equipamiento público y parte para uso terciario.
La fábrica de Clesa en Madrid es uno de los ejemplos de cómo la arquitectura industrial contemporánea sufre cierto abandono por parte de la sociedad ante la protección del patrimonio histórico.
El Ayuntamiento de Madrid, en un intento de dar un giro a esta situación de abandono, ultima la nueva catalogación del edificio a través de la Comisión Institucional para la Protección del Patrimonio Histórico - Artístico y Natural (CPPHAN).
Por ahora, se plantea mantener el grado de protección parcial en nivel 3, y su cesión al Consistorio capitalino por parte del propietario, la constructora Metrovacesa. Así entraría a formar parte del patrimonio municipal como nuevo espacio para dotación público.
Situado en la avenida del Cardenal Herrera Oria 67, el edificio fue inaugurado en 1962. Cuenta con una superficie de 10.000 m2 y es propiedad de Metrovacesa. A día de hoy, las instalaciones de la antigua factoría permanecen cerradas desde 2012.
Para el resto de la parcela cuenta con 40.000 m2 de superficie, el documento establece nuevas condiciones de desarrollo, para la transformación de uso industrial a un espacio urbano de uso terciario, lo que supone la modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).
El Ayuntamiento de Manuela Carmena rechazó en 2016 la intención del propietario de derribar el edificio para levantar viviendas y zonas comerciales, tras recalificar terrenos industriales como urbanos residenciales.
Equipo de redacción
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